Proyecto Senda | Rosana
Cuando Rosana llegó a esta casa, lo que necesitaba no era solo un cambio de lugar. Necesitaba renovarse y cambiar de aire. Pero el living no acompañaba.
Las paredes estaban pintadas de un rosa violáceo y un gris oscuro que apagaban la luz. El piso era de unas baldosas bastante oscuras difíciles de integrar que no podíamos cambiar. Además este living estaba atravesado por la circulación entre la puerta principal de entrada y la puerta que conduce al resto de la casa, por lo que había que tenerla en cuenta, y la conexión de la tele estaba en la pared sur. Todo esto definió las decisiones respecto a la distribución y los materiales.








Diseñamos un rack, una mesa ratona y 2 estantes a medida. Incorporamos el ratán como un guiño al viejo juego de comedor que tenía Rosana en su casa anterior y que la habían acompañado muchos años de su vida.






Como si fuera poco, el espacio tiene orientación oeste que junto con el alero de afuera entra muy poca luz natural. Decidimos pintar todas las paredes de blanco, cambiamos la luminaria original que también era oscura, colocamos una que no tamizara demasiado la luz y que también incorporara el ratán en su diseño, sumamos cortinas de voilé blancas... Todo pensando para que el espacio se sintiera más luminoso, sin obra.
Conservamos el sofá y las butacas que quería mantener, los unificamos con nuevos forros, y usamos una alfombra clara para suavizar el contraste con el piso. Todo con una palera cálida, con muchos neutros, y detalles en colores vivos y enérgicos.
El resultado: un espacio pensado para ella, con intensión.
Un lugar para habitar el presente, con calma.
Este es el living de Senda: un recorrido interior.









